La bondad del Señor
Hace algunos años, encontré un breve ensayo escrito por Sir James Barrie, un barón inglés. Allí describe íntimamente a su madre, la cual amaba profundamente a Dios y Su Palabra, y que, literalmente, había leído la Biblia hasta deshojarla. «Ahora es mía —escribió Sir James— y, para mí, los hilos negros con que la cosió son parte del contenido».
Higiene mental
Creo que hago un trabajo bastante bueno cuando se trata de cuidar mi apariencia física. Quiero decir que me ducho todos los días y uso desodorante, me cepillo los dientes y uso el hilo dental. Me saco la bacteria asquerosa de la lengua y hago gárgaras con enjuagues de menta. Me cambio los calcetines con regularidad, me cepillo el pelo…
¡Métele!
Un programa de televisión en el Canal de Historia, mostraba los aeropuertos más peligrosos del mundo. El que me llamó la atención ya no opera, pero en una ocasión volé hacia allí. Coincido en que el Aeropuerto Kai Tak de Hong Kong era, sin duda, un recorrido estremecedor para los pasajeros y un desafío para los pilotos. Si uno llegaba desde una dirección, había que sobrevolar los rascacielos y, después, esperar que el avión se detuviera antes de caer al mar. Si se venía del otro lado, parecía que iba a chocar con una montaña.
Mi «constelación»
Me encontraba conduciendo mi camioneta mientras escuchaba a la Dra. Laura ofrecer consejo y guía moral a sus radioescuchas. Había dado un buen consejo a una joven y luego le dijo que fuera y lo aplicara a su «constelación». Se estaba refiriendo a la gente que conforma el mundo de esta joven, su «galaxia». Familia, amigos, compañeros de trabajo, compañeros…
Aves, lirios y yo
En los episodios de un antiguo programa de televisión, un veterano teniente de policía siempre les decía esto a los jóvenes oficiales antes de que salieran a la calle a cumplir sus tareas: «¡Tengan cuidado ahí afuera!». Era, al mismo tiempo, un buen consejo y una expresión de compasión, porque sabía lo que podía sucederles mientras cumplían con su deber.
Secuestrada por rescate
El 10 de febrero de 1676, 50 familias coloniales fueron puestas en gran alerta en la ciudad de Lancaster, Massachusetts Joseph Rowlandson, el pastor puritano de esta pequeñita villa fronteriza, se encontraba en Boston suplicando protección al gobier no. Mary, su esposa, se había quedado atrás con sus niños pequeños.
Al amanecer, los colonizadores escucharon un tiroteo. Cuando Mary era…
Encuentro gozoso
Hace algunos años, cuando nuestros hijos todavía eran pequeños, volví a casa después de un viaje de diez días sirviendo al Señor. En aquella época, a la gente se le permitía entrar a la zona de embarque para saludar a los pasajeros. Cuando el avión aterrizó, salí de la nave y mis hijos corrieron a saludarme… tan contentos estaban de verme que gritaban y lloraban. Miré a mi esposa que tenía los ojos llenos de lágrimas; yo no podía hablar. Personas desconocidas que estaban cerca de la puerta también lagrimeaban mientras mis hijos me abrazaban las piernas y me saludaban gritando. Fue un momento maravilloso.
Ponlo en la caja
Entré en la iglesia débilmente iluminada de Queens, Nueva York. Aftershock, el ministerio de los viernes por la noche de la Explosión Juvenil en la iglesia Christ Tabernacle, ya estaba estremeciendo el edificio. El lugar estaba repleto de adolescentes; la música rapy el hip-hopsonaban a toda fuerza por las bocinas. Yo enía que hacer un esfuerzo para escuchar lo que…
Examina tu camino
Un austríaco de 47 años regaló toda su fortuna, de 4.700.000 dólares, después de llegar a la conclusión de que su riqueza y sus gastos en lujos le impedían disfrutar de la vida y ser feliz. Karl Rabeder declaró al periódico Daily Telegraph, de Londres: «Tuve la sensación de que estaba trabajando como un esclavo para tener cosas que no deseaba ni necesitaba. El mayor golpe que tuve en la vida fue cuando me di cuenta de lo horrible, desalmado e insensible que es el estilo de vida “cinco estrellas”». Actualmente, su dinero sustenta obras de caridad que estableció para ayudar a personas en América Latina.
Mi héroe
En el fútbol estadounidense, los mariscales de campo tienen que ser fuertes, física y emocionalmente. Uno de los más fuertes fue Jim Kelly, quien pasó más de 35.000 yardas y llevó al equipo Buffalo Bills a cuatro campeonatos nacionales, soportando la desilusión de nunca ganar ninguno. Sin embargo, es posible que la gente recuerde como la mayor victoria de Kelly…